CUARENTENA: EL PODER DE LA ACCIÓN
Realizar actividad física, incorporar nuevos conocimientos, estudiar y leer siguen siendo algunas de las claves para recorrer este momento.
La vida es dinámica, desconcertante y muchas veces cruel. Nuestro ambiente, las personas a nuestro alrededor, nuestros cuerpos y hasta nuestra forma de pensar y sentir cambian constantemente. Y todo cambio implica una crisis, una “obligación” a la adaptación. Cuando más rápido nos obligan a cambiar, más dura será la crisis que afrontaremos.
La naturaleza nos enseña más de lo que podemos imaginar si realmente prestamos atención. Nos enseña que el ambiente y los seres se conectan y mantienen un equilibrio. Las mutaciones en plantas y animales se deben a que los seres necesitan adaptarse al ambiente para sobrevivir, y los que no lo hacen quedan en el camino. Hay mutaciones que requieren miles de años y generaciones para darse y hay otras que se dan asombrosamente rápido, como es el caso de los perros, que han desarrollado un músculo a lo largo de la evolución que modifica la expresión de sus ojos de un modo que inspira ternura en las personas y así conseguir alimento. Siguiendo con nuestros amigos caninos, también vemos que cuando la perra tiene mas cachorros que tetillas disponibles, el cachorro que pierde su lugar en la mesa no sobrevive. Así de duro, de cruel. Evidentemente el que no la pelea, no lo consigue.
Ahora bien, ¿cómo llevamos ésto a nuestra loca actualidad con pandemia, problemas económicos y lejos de nuestros afectos? ¿Cómo “la peleamos”? Acción, esa es la clave. Hacer actividad física, acomodar nuestros horarios de sueño, aprender cosas nuevas, cocinar, lavar, arreglar cosas en la casa, leer, estudiar, etc. Podemos salir de esta situación con una casa más arreglada, mejor físicamente, con más agilidad mental, o somnolientos, aletargados, con sobrepeso y cansados. El instinto de supervivencia es algo que no se enseña, lo sé. Pero tenemos la ventaja de ser los seres más evolucionados de este planeta, con mutaciones que nos dieron habilidades únicas para la adaptación a distintas circunstancias. Está en uno aprovecharlas o no.
Toda crisis es una pérdida y una ganancia al mismo tiempo. Si nos centramos en lo que no tenemos o no podemos hacer, nos sentiremos frustrados, en cambio si nos centramos en lo que ganamos, le sacaremos provecho. ¿Cuántas veces nos quejamos sobre la falta de tiempo? Ahora muchas personas tienen ese tiempo. Hay que ver que hacen con él. A esta altura ya escuchamos centenares de recomendaciones de cómo llevar este proceso de la mejor manera. No creo que aporte nada nuevo repitiendo algo sabido. Pero si puedo dejar esta recomendación: escuchar música. Todo lo que puedan.
La música invita a la acción y mejora el ánimo. El estado de ánimo tiñe el pensamiento, y del pensamiento nace la acción. La música nos conecta con el presente y de esa manera nos ayuda a frenar los pensamientos asociados al futuro, pensamientos inútiles que sólo aportan a la fantasía de control que creemos necesitar para estar bien. Si algo nos enseña esta situación es que el futuro es totalmente incierto y no tenemos ningún tipo de control sobre él. El tratar de encajar un concepto dinámico en uno estático es como masticar el agua: cansador, difícil y principalmente inútil. Cuanto antes aceptemos la pérdida de control, mejor. Juega, no te tomes la vida tan en serio; total, no saldrás vivo de ella. Sólo podemos controlar nuestro presente, eso no nos lo puede quitar nadie. Eso es adaptación.
Dr. Bruno Panzuto – MN :117.472 – Médico Psiquiatra